
¿Cuál es el trabajo ideal para mí? ¿Cómo encontrarlo y, sobre todo, cómo mantenerlo?
Cuando eres joven, es muy común escuchar historias de generaciones pasadas, de padres, tíos o abuelos, sobre cómo han encontrado su primer empleo y como se han jubilado en la misma empresa. Suelen acompañarse de conclusiones como “los tiempos han cambiado” y “los jóvenes ya no son lo que eran”.
La verdad, sin embargo, es que la juventud, tanto la de generaciones anteriores como la de ahora, tiene las mismas inquietudes y dificultades a la hora de decidir, encontrar y mantener un trabajo satisfactorio.
Estudios comparando trabajadores dentro del mismo rango de edad (18-35 años), perteneciendo a generaciones diferentes (desde 1965 en adelante), demuestran que hay muy poca variación en la posibilidad de quedarse en el mismo trabajo. De hecho, lo que se observa es una pequeña subida en el presente, que se puede deber a un mayor nivel de educación entre los empleados actuales.
En cuanto al trabajo ideal, vamos a intentar a definirlo. Aquí hay que tener en cuenta las prioridades y las preferencias personales. La misma definición de la palabra “ideal” que nos aporta RAE nos puede ayudar a hacernos la idea de lo diferente que puede ser este significado para cada uno de nosotros:
“1. adj. Perteneciente o relativo a la idea.
- adj. Que no existe sino en el pensamiento.
- adj. Que se acopla perfectamente a una forma o arquetipo.
- adj. Excelente, perfecto en su línea.
- m. Modelo perfecto que sirve de norma en cualquier dominio.
- m. pl. Conjunto de ideas o de creencias de alguien. Siempre luchó por sus ideales.”
El trabajo ideal sería entonces una ficción, el conformismo, la perfección o ser fiel a tus principios. Cada persona va a definirlo según sus necesidades y experiencias, pero igual nos conviene tener una mayor apertura y flexibilidad para poder modificar nuestra idea inicial. Mas que nada, para no estancarnos en una meta única y poder adaptarnos a los cambios y oportunidades que nos vamos a encontrar en la vida.
Puedes pensar que si te apasiona algo lo mejor que te puede pasar es llegar a vivir de ello. Pero no siempre es así, porque las obligaciones suponen añadir una presión constante a las cosas que antes hacías solo por placer y tienes que estar dispuesto a vivirlas de esta nueva forma. Disfrutar de tu hobby sin convertirlo en un trabajo puede ser otra opción.
También tienes que estar dispuesto a reconocer cuando lo que tu tenías en mente no es lo mismo o tiene poco que ver con la realidad, porque es difícil saber cómo nos vamos a sentir en un trabajo hasta que no estamos activamente involucrados. Es tan normal necesitar un periodo de adaptación como desencantarnos con el tiempo en el trabajo que tanto nos gustaba.
Identificar y aceptar como nos sentimos nos va a ayudar darnos cuenta de si el trabajo que tenemos pensado o el que tenemos en este momento es el adecuado para nosotros y para nuestro estilo de vida. Siempre vamos a encontrar personas que nos den consejos, ejemplos y nos animen o nos desanimen, pero no nos olvidemos que solo nosotros podemos averiguar lo que más nos conviene. Y eso, según las circunstancias de cada persona, puede ser seguir con lo que estamos haciendo, adaptarlo a nuestras necesidades actuales o hacer un cambio.
Por lo tanto, si buscas tu primer empleo, te has quedado sin trabajo o estás pensando en buscar otro, pero no acabas de decidirte, podrías empezar por preguntarte:
- ¿Qué es lo que se me da bien y me gustaría tener como trabajo?
- ¿En qué trabajo es más probable que me contraten en este momento?
- ¿Es probable acceder al empleo que quiero ahora mismo o tengo que empezar con algo diferente para adquirir experiencia o conseguir contactos?
- ¿Si el trabajo que tengo o el que podría conseguir no me convence, me sirve para tener una vida equilibrada o como paso hacia el trabajo que aspiro tener?
- ¿Qué puedo hacer o aprender y cuáles son los pasos que tengo que dar para conseguir lo que quiero?